jueves, 4 de octubre de 2012

EL EVANGELIO DEL DOMINGO: 27º DEL TIEMPO ORDINARIO (7-10-2012)

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El texto evangélico es de Mc 10, 2-16 y dice lo siguiente:


“En aquel tiempo, se acercaron unos fariseos y le preguntaron a Jesús , para ponerlo a prueba: -¿Le es lícito a un hombre divorciarse de su mujer? Él les contestó: -¿Qué os mandó Moisés? Respondieron: -Moisés permitió divorciarse, dándole a la mujer un acta de repudio. Jesús les dijo: -Por vuestra terquedad dejó escrito Moisés este precepto. Pero al principio de la creación Dios los creó hombre y mujer, y por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne. De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Así pues, lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre. Una vez en casa, los discípulos le preguntaron de nuevo sobre lo mismo. Él les dijo: -Si uno se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella se divorcia de su marido y se casa con otro, comete adulterio. Le acercaban niños para que los tocara, pero los discípulos los regañaban. Jesús, al verlo, se enfadó y dijo: -Dejad que los niños se acerquen a mí; no se lo impidáis, de los que son como ellos es el Reino de Dios. Os aseguro, el que no acepte el reino de Dios como un niño, no entrará en él. Y los abrazaba y los bendecía imponiéndoles las manos.”

* Los fariseos someten la cuestión del divorcio a Jesús con idea de tentarle. La respuesta de Jesús es clara. Como Mesías, con poderes divinos, viene a recordar la creación: el ideal de matrimonio, de familia, que crea Dios, implica un amor superior que lleva a constituir de dos, marido y mujer, “un sólo ser”. Y no debe haber leyes humanas, actitudes, caprichos o incomprensiones, que destruyan semejante igualdad.


* El matrimonio es una expresión de amor, que no está exenta de dificultades. Pero sobre todo ello, Jesús subraya la indisolubilidad del vínculo . El matrimonio se constituye sobre la donación mutua. Jesús lo eleva a sacramento, haciendo presente en él un amor más grande, el amor de Dios. Por eso en el amor matrimonial debe haber también una respuesta a Dios por parte de los esposos, que desean vivir según el amor en el que hemos sido creados. Las personas hemos nacido de una unión amorosa y estamos llamadas a una vida según el amor.


* Señor, qué falta hace tu poderosa palabra en estos tiempos de menosprecio del matrimonio, incluso entre cristianos. Como estuviste presente en el momento del matrimonio, haz viva tu presencia en los momentos de crisis: que no sean sólo dos los que discutan y riñan, sino que estés tú también en medio poniendo paz, dando fuerzas para perdonarse mutuamente, y seguir caminando en el amor y la unidad, sólo posible contigo.


* Además, hoy coges en brazos a un niño. ¿Un niño pequeño puede expresar la grandeza de Dios? Sí, Señor, tienes razón, de los que son como ellos es el Reino de Dios. Y a los que queremos hacernos como niños, “haznos instrumentos de tu paz”.


* María, madre del amor y de la humildad, enseñanos a vivir en ese amor superando nuestro egoísmo y siendo siempre fieles a tu Hijo.



Estos puntos ayudan a iniciar la reflexión, a partir de ahora esperamos vuestras aportaciones que nos abran nuevos horizontes y nos acerquen a una comprensión más completa de la Palabra.
Muchas gracias a todos por vuestra participación.

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