lunes, 31 de diciembre de 2012

EL TEMPLO DE SAN PEDRO YA TIENE SU BIOGRAFÍA

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En un acto sencillo y a la vez serio y elegante, la obra recién escrita por Eduardo Velo, hermano mayor de Loreto, sobre 'su' iglesia de San Pedro, vio la luz en la tarde de este pasado domingo, ante la expectación de los que no faltaron para arropar el momento, compartiendo con él un bautizo que se convierte además en lanzamiento de una auténtica biografía del templo que preside el viejo barrio de La Albarizuela.

"San Pedro, la iglesia escondida en el centro de Jerez", es el nombre que recibe una obra que cuenta con prólogo de Eugenio Vega, y con 265 páginas llenas de ilustraciones, la mayoría históricas.

Está dividida en dos capítulos; el primero recoge una aproximación a la historia del barrio y sus personajes ilustres, mientras que el segundo capítulo está dedicado integramente a la parroquia de San Pedro, con tres partes diferenciadas, una en la que se hace un pormenorizado recorrido por el que fuese, desde el siglo XVIII a 1911, templo auxiliar de San Miguel; otra sobre la parroquia de San Pedro y los Descalzos, que funcionó como tal desde 1911 a 1962, para finalizar con el momento actual desde la reestructuración parroquial del año 1962 con la creación de la parroquia de Los Descalzos y Las Angustias, hace ahora cincuenta años.

Un libro que debe estar en la biblioteca de cualquier cofrade que guste de estar documentado, y que habla bien a las claras de un autor a quien queremos expresar nuestra más sincera enhorabuena.

Y por cierto, una reflexión a los señores consejeros y hermanos mayores que cada año se reúnen para elegir pregonero: no busquen más para el año que viene. No hace falta. En Eduardo Velo tienen ustedes al pregonero de 2014. ¿Qué más requisitos les hacen a ustedes falta para nombrarlo?

Dicho queda..


Fuente: http://cofrademania.masjerez.com/cofrademania/2012/12/31/1356936021.html

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jueves, 27 de diciembre de 2012

EL EVANGELIO DEL DOMINGO: SOLEMNIDAD DE LA SAGRADA FAMILIA (30-12-2012)

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JORNADA POR LA FAMILIA Y POR LA VIDA


El texto del evangelio es de Lc 2, 41-52 y dice lo siguiente:

Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por las fiestas de Pascua. Cuando Jesús cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero el Niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres. Éstos, creyendo que estaba en la caravana, hicieron una jornada y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén en su busca. A los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas; todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba. Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre: “Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Mira que tu padre y yo te buscábamos angustiados”. Él les contestó: “¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?”. Pero ellos no comprendieron lo que quería decir. Él bajó con ellos a Nazaret y siguió bajo su autoridad. Su madre conservaba todo esto en su corazón. Y Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y los hombres.


* Jesús va al templo y se entrega al cumplimiento de la voluntad del Padre.
Jesús con sus padres en el templo evoca la imagen de la familia cristiana que inicia a los hijos en la fe y en el evangelio.
Señor, que yo sepa cumplir y aceptar siempre la voluntad del Padre como lo mejor para mí.
Señor, que como María yo esté siempre a tu lado y te busque angustiado cuando te pierda.

* El amor fue el clima de la familia formada por Jesús, María y José. ¡Cuánta falta hace hoy a la familia cristiana, y a cada cristiano, los valores que cultivabais en Nazaret: amor, unidad, trabajo, clima de oración, hacer la voluntad de Dios!
Señor, hoy te pido por las familias cristianas del mundo, y en especial por la mía: que todos sus miembros estemos unidos a ti  y entre nosotros, en las alegrías y en lo sufrimientos; que en ellas reine el amor y la fe; que en ellas se respete la vida; que sean para el mundo un signo vivo de tu amor.

* Jesús crecía en sabiduría, estatura y gracia.
Señor, quiero crecer cada día en sabiduría, en tu conocimiento; en gracia, llenándome más de Ti; y en estatura espiritual.
María, tú que viste crecer a tu hijo, acompaña a nuestros niños, sostén a nuestros jóvenes, apoya sus  ilusiones, ilumina sus decisiones..., para que lleguen de tu mano a Jesús.

* Oremos a la Sagrada Familia con la oración de la Beata Teresa de Calcuta:
Padre nuestro que estás en el cielo, tú nos has dado un modelo de vida en la Sagrada Familia de Nazaret.
Ayúdanos, Padre amantísimo, a hacer de nuestra familia un nuevo Nazaret donde reine la alegría y la paz.
Que sea profundamente contemplativa, inmensamente eucarística y vibrante de gozo.
Ayúdanos a permanecer unidos en los gozos y en las penas gracias a la oración familiar.
Enséñanos a reconocer a Jesús en cada miembro de nuestra familia, particularmente cuando sufre y está herida.
Que el Corazón eucarístico de Jesús haga nuestros corazones suaves y humildes, semejantes al suyo.
Ayúdanos a cumplir santamente nuestra vocación familiar.
Que os podamos amar los unos a los otros como Dios nos ama a cada uno cada día más, y nos perdonemos mutuamente nuestras faltas así como tú perdonas nuestros pecados.
Ayúdanos, Padre amantísimo, a acoger todo lo que nos das con una amplia sonrisa.
Corazón inmaculado de María, causa de nuestra alegría, ora por nosotros.
Santos ángeles de la guarda, permaneced junto a nosotros, guiadnos, protegednos. Amén.


Estos puntos ayudan a iniciar la reflexión, a partir de ahora esperamos vuestras aportaciones que nos abran nuevos horizontes y nos acerquen a una comprensión más completa de la Palabra. 
Muchas gracias a todos por vuestra participación.

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miércoles, 26 de diciembre de 2012

INTENCIONES PARA LOS CULTOS DE ESTE VIERNES

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Este próximo, último del mes de diciembre, nuestro encuentro semanal tendrá carácter Eucarístico. Es el mismo Dios vivo y realmente presente en la Eucaristía el que nos espera. Presidirá el culto sacramental nuestro Director Espiritual D. Luis Delgado.

A las 21:00 horas, tendremos las oraciones oportunas, en el transcurso de las cuales se hará mención de las intenciones de este día y de los nombres de los hermanos por los que se aplicará los cultos, por si padecen enfermedad, desempleo, soledades, disgustos, etc, ,en definitiva por sus intenciones particulares y los de sus familias. Será un momento de unidad en oración, como exige nuestra condición de auténticos hermanos:

* Viernes 28 de diciembre: Andrés Cortejoso Rendón, Alejandro de la Barrera Sánchez, Leticia de los Ríos Rivero, Moisés de Mora Tamayo, Gloria María de Mora Tamayo, Mª del Carmen del Barco Abad, Carmen Loreto del Valle Domecq, Antonio Delgado Casas, Manuel Delgado Casas y Jesús Delgado Medrano.

No faltes hermano, la Eucaristía nos alimenta y nos acerca auténticamente a Dios.

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CELEBRACIÓN DE LA FESTIVIDAD DE LA SAGRADA FAMILIA

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Un año más, en el marco de la Navidad, nos disponemos a celebrar la fiesta de la Sagrada Familia. Familia cristiana que se fraguó en aquella casita de Nazaret, hoy en Loreto, la misma familia cristiana que nuestra Hermandad ha sabido llevar como bandera y que, como fieles seguidores de aquellas enseñanzas que emanaron de la Santa Casa de Nazaret, ha hecho posible que sea el carisma familiar una constante en toda nuestra historia. El próximo domingo,30 de diciembre, último del mes y del año, es la Fiesta de la Sagrada Familia, motivo por el cual nos reuniremos en la Eucaristía de las siete de la tarde en nuestra sede,posteriormente, a las ocho, será la presentación del libro “San Pedro, la iglesia escondida en el centro de Jerez" ,cuyo autor es nuestro Hermano mayor,D. Eduardo Velo,libro conmemorativo del centenario parroquial.Finalmente a las nueve y media tendremos la cena de la familia con la entrega de la distinción "Familia lauretana", instaurada hace ya unos años para reconocer los valores de la familia en nuestra Hermandad personalizados en aquellas familias con tres generaciones o más de pertenencia a la corporación. Este año, cumpliendo el orden alfabético acordado, será la familia Delgado-Brito  la merecedora de este reconocimiento público.Será en el restaurante Trafalgar al precio de 25 euros el cubierto, informando que el viernes será el último día para la reserva.

Se ruega, desde la Junta de Gobierno, la participación de los hermanos en esta fiesta tan entrañable y tan significativa para todos nosotros. Así mismo, dado lo limitado de salón, se hagan las reservas para la cena con suficiente antelación con el fin de confirmar el número de comensales.

                            

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lunes, 24 de diciembre de 2012

MENSAJE DE NAVIDAD DE NUESTRO HERMANO MAYOR

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Estimados hermanos/as:

Un año más y desde este blog, que nos ha acompañado todo el año, recogiendo el palpitar de nuestra Vida de Hermandad, como Hermano Mayor, mis más sinceros deseos de paz y felicidad por la venida del Salvador y ante la entrada de un nuevo año.

Debemos estar contentos porque el Niño de Dios, vestido con su tuniquita morada, nace todos los días en la Hermandad y lo hace cada vez que nos acercamos a ella, cada vez que participamos en la Eucaristía, en nuestros cultos semanales, en especial en aquellos que tienen a Dios vivo y Sacramentado como eje; en nuestras convivencias, en aquellos que anteponen la Hermandad a otros intereses particulares. Renace en las horas de montaje, en los rezos y predicaciones, en los entrenamientos costaleros, bajo la túnica, en los Cabildos y en las charlas cordiales. Dios vive en la Hermandad porque donde dos o más están reunidos en su nombre allí está El en medio de nosotros.

En este Año de la Fe ha habido momentos muy especiales como los vividos durante la pasada Cuaresma y Semana Santa, en las fiestas del Corpus o más recientemente con esa maravillosa visita al convento de Las Reparadoras o la puesta en marcha de nuestra Bolsa de Caridad “Padre Anselmo”, ejemplar testimonio de un grupo de hermanos, ya fundadores de esta loable obra, que sin duda vendrá a hacer que el espíritu de la Navidad no se limite a unos días al año.

Todos debemos sentirnos felices por la fuerza de la Fe, por sentirnos seguidores de Cristo y de su Madre María.

Como Hermano Mayor, además, me siento orgulloso de mi Hermandad y dentro de ella, de quienes más se esfuerzan por hacerla importante a la luz de la Fe, esos hermanos tan desprendidos, ejemplos para los demás, que son capaces no solo de ofrecerse a la Hermandad desde puestos de responsabilidad sino también, de no faltar a cualquier convocatoria, de sentir a la Hermandad como algo importante en su vida, de no acudir solo cuando hay celebraciones sino también cuando hay que arrimar el hombro sacrificando tiempo de ocio, familia y lo que haga falta; hermanos que no fallan nunca, que saben que su Hermandad necesita de ellos como necesita de todos los que un día fueron llamados por la mirada cautivadora de Nuestra Madre de Loreto. Vuestro testimonio os hace grandes y engrandece a nuestra Hermandad. Enhorabuena por hacer que siempre sea Navidad en la Hermandad.

Corren tiempos difíciles para todos, hoy más que nunca es necesario el testimonio, la solidaridad y la ayuda entre todos los hijos de Dios, por eso nuestra Bolsa de Caridad ya ha comenzado a andar porque, dentro de nuestros escasos recursos, estábamos obligados como cristianos y cofrade a poner nuestro granito de arena en pro de los más necesitados. Por eso quiero terminar mi mansaje, con el recuerdo emocionado a todos aquellos que se nos han marchado este año para comprobar que no se equivocaron cuando soñaron que el rostro de María está en San Pedro y en especial nuestro hermano Enrique, y lo hago con un texto que me llamó mucho la atención y que quiero compartir con todos mis hermanos en esta noche que vino al mundo el Dios de la Vida, de la Paz y del Amor:

“Un hombre recibió de parte de su hermano un automóvil como regalo de Navidad. Cuando salió de su oficina esa Nochebuena, vio que un niño desamparado estaba caminando alrededor del brillante auto nuevo y que lo contemplaba con admiración.

— ¿Este es su auto, señor? —preguntó el niño.

El hombre afirmó con la cabeza.

—Mi hermano me lo dio como regalo de Navidad.

El niño se quedó asombrado.

— ¿Quiere decir que su hermano se lo regaló y a usted no le costó nada? A mí sí que me gustaría... —titubeó el niño.

El hombre se imaginó lo que iba a decir el niño: que le gustaría tener un hermano así. Pero lo que el muchacho realmente dijo estremeció al hombre de pies a cabeza:

—Me gustaría poder ser un hermano así.

El hombre miró al muchacho con asombro, y se le ocurrió preguntarle:

— ¿Te gustaría dar una vuelta en el auto?

— ¡Claro que sí! ¡Me encantaría!

Después de un corto paseo, el niño se volvió y, con los ojos chispeantes, le dijo al hombre:

—Señor, ¿sería mucho pedirle que pasáramos frente a mi casa?

El hombre sonrió. Creía saber lo que el muchacho quería. Seguramente deseaba mostrarles a sus vecinos que podía llegar a su casa en un gran automóvil. Pero, de nuevo, el hombre estaba equivocado.

— ¿Se puede detener donde están esos dos escalones?

El niño subió corriendo, y al rato el hombre oyó que regresaba, pero no tan rápido como había salido. Era que traía a su hermanito lisiado. Tan pronto como lo acomodó en el primer escalón, le señaló el automóvil.

— ¿Lo ves? Allí está, tal como te lo dije, allí arriba. Su hermano se lo dio como regalo de Navidad, y a él no le costó ni un centavo. Algún día yo te voy a regalar uno igualito... Entonces podrás ver tú mismo todas las cosas bonitas que hay en los escaparates de Navidad, de las que he estado tratando de contarte.

El hombre se bajó del auto y subió al hermanito enfermo al asiento delantero. El hermano mayor, con los ojos radiantes, subió detrás de él, y los tres comenzaron a dar un paseo navideño inolvidable.

Esa Nochebuena, aquel hombre comprendió el verdadero significado de las palabras del apóstol Pablo, que a su vez recordaba las palabras de nuestro Señor Jesucristo: «Ahora los encomiendo a Dios y al mensaje de su gracia, mensaje que tiene poder para edificarlos y darles herencia entre todos los santificados. No he codiciado ni la plata ni el oro ni la ropa de nadie. Ustedes mismos saben bien que estas manos se han ocupado de mis propias necesidades y de las de mis compañeros. Con mi ejemplo les he mostrado que es preciso trabajar duro para ayudar a los necesitados, recordando las palabras del Señor Jesús: “Hay más dicha en dar que en recibir.”»

En la noche sublime del Nacimiento con mayúsculas, también, con los ojos radiantes, este Hermano Mayor, que le gustaría parecerse al niño del relato, os deseo FELIZ NAVIDAD Y UN AÑO NUEVO LLENO DE BENDICIONES.

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domingo, 23 de diciembre de 2012

SOLEMNIDAD DE LA NATIVIDAD DEL SEÑOR (25-12-2012)

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MISA DE MEDIANOCHE

El texto del evangelio es de Lc 2, 1-14 y dice lo siguiente:

“Salió un decreto del emperador Augusto ordenando hacer un censo del mundo entero. Éste fue el primer censo que se hizo siendo Cirino gobernador de Siria. Y todos iban a inscribirse, cada cual a su ciudad. También José, que era de la casa y familia de David, subió desde la ciudad de Nazaret, en Galilea, a la ciudad de David, que se llama Belén, en Judea, para inscribirse con su esposa María, que estaba encinta. Y mientras estaba allí le llegó el tiempo del parto y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en la posada. En aquella región había  unos pastores que pasaban la noche al aire libre, velando por turno su rebaño. Y un ángel del Señor se les presentó; la gloria del Señor los envolvió de claridad, y se llenaron de gran temor. El ángel  les dijo: “No temáis, os traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo: hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador. El Mesías, el Señor. Y aquí tenéis la señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre”. De pronto, en torno al ángel, apareció una legión del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo: “Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor”.

* La buena noticia, la gran alegría es la mejor de toda la historia: tu venida a la tierra para traernos la salvación.

* Esta noche te alabamos y te damos gracias porque siendo Dios te haces hombre para que el hombre pueda ser hijo de Dios; te haces uno de nosotros para compartir tu peregrinar, para enseñarnos el camino hacia Ti, para hacerte presente y cercano en nuestras vidas, para demostrarnos que nos amas.

* ¡Qué abismo de bondad y de amor hacia los hombres! Unámonos a la alegría de los que reciben al Señor que baja del cielo; festejemos la salvación del mundo.

* Que la paz que trajiste al mundo reine siempre en nuestros corazones, en nuestras familias y en la humanidad.


MISA DEL DÍA

El texto del evangelio es de Jn 1, 1-18 y dice lo siguiente:

“En el principio ya existía la Palabra, y las Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. La Palabra en el principio estaba junto a Dios. Por medio de la Palabra se  hizo todo, y sin ella no se hizo nada de lo que se ha hecho. En la Palabra había vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la recibió. Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz. La Palabra era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre. Al mundo vino, y en el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa y los suyos no la recibieron. Pero a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre. Éstos no han nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios. Y la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria propia del Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad. Juan da testimonio de él y grita diciendo: Este es de quien dije: “El que viene detrás de mí pasa delante de mí, porque existía antes que yo”. Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia. Porque la Ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. A Dios nadie le ha visto jamás: Dios Hijo único, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer.”

* La Palabra se hace carne. Dios se hace hombre. Jesús es el rostro humano de Dios.
No estamos ante un Dios que “juega” a ser hombre, o que se “disfraza” de hombre. Creemos en un Dios que se hace uno de nosotros, humano y hermano, y comparte nuestra suerte.
Señor, aunque mi inteligencia se resista a este misterio, ven a mi vida, acampa en mí y nunca me dejes.

* Nosotros que hemos recibido esta gracia, esta luz, estamos llamados a ser sus testigos en el mundo.
Señor, frente a las tinieblas del mundo, ilumina nuestros pasos con la luz de tu evangelio. Ilumina nuestras vidas.

* ¿Qué podemos  temer a tu lado, compartiendo contigo nada menos que el ser hijos de Dios? ¡Por muchas vidas que tuviéramos, jamás podríamos agradecerte tanto como nos das!



Estos puntos ayudan a iniciar la reflexión, a partir de ahora esperamos vuestras aportaciones que nos abran nuevos horizontes y nos acerquen a una comprensión más completa de la Palabra.
Muchas gracias a todos por vuestra participación.

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CAMPAÑA DE NAVIDAD DE CÁRITAS PARROQUIAL DE SAN PEDRO

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Tras unas jornadas de intensa actividad, el equipo de Cáritas parroquial 
de San Pedro culminó el jueves pasado su Campaña de Navidad, haciendo 
entrega a las familias de los alimentos para esta época del año, en la 
que, a pesar de la crisis y del aumento de las necesidades, también 
crece la caridad y solidaridad de los feligreses. Y es que este 2012 
Cáritas de San Pedro ha llevado a cabo una campaña en la que se han 
atendido las necesidades de 70 familias, residentes en la feligresía. 
Esto ha sido posible en primer lugar al desinteresado trabajo de este 
grupo de personas que forman el equipo de Cáritas y que podéis ver en 
las fotos, también a la ayuda y solidaridad de otras instituciones de la 
feligresía, como el Colegio de la Compañía de María, el Colegio de La 
Salle Buen Pastor, la Hermandad de la Coronación de Espinas, y la 
hermandad de Loreto; y por último a los numerosos donativos puntuales de 
bienhechores y bienhechoras de esta sección parroquial.

Desde estas líneas, Cáritas agradece todo el apoyo que han tenido y nos 
anima a seguir orando por los necesitados y ayudando en la medida de 
nuestras posibilidades, usando para ello medios como la recién estrenada 
Bolsa de Caridad "Padre Anselmo Andrades", de nuestra hermandad.

Compartimos con vosotros unas instantáneas de los momentos previos al 
reparto, donde se puede observar el dispositivo montado para esta Campaña.





viernes, 21 de diciembre de 2012

MAÑANA VISITA AL CONVENTO DE LAS REPARADORAS


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Este sábado, 22 de diciembre, a las 12,30 horas , dentro de lo programado para la Campaña de Navidad de nuestra Hermandad, volveremos a visitar a esos ángeles eucarísticos que son las religiosas Esclavas del Santísimo y María Inmaculada, en el popular convento de las Reparadoras (plaza de los Ángeles) para felicitarlas en estas fiestas de la venida de nuestro Salvador y llevarles nuestros presentes. Será, como siempre, un encuentro sencillo, como son ellas, pero cargado de espiritualidad.

Este rato que pasamos hablando cordialmente con las religiosas, separados solo con la reja de la clausura pero unidos estrechamente en el amor a Dios Eucaristía y a María Santísima, supone, para muchos de nosotros, un auténtico revulsivo para el espíritu, un verdadero retiro para, en este tiempo de adviento, poder vivir un trocito de cielo escondido entre tanta falta de oración y tanto materialismo.

Por cuanto nos llena espiritualmente esta anual visita, por lo necesitado que está en el convento de ayudas y nosotros de su paz y armonía, rogamos, desde la Junta de Gobierno, que todo aquel que pueda, se una a la Hermandad con su aportación y acuda a este esperado encuentro, con el fin de poder llevar a estas benditas religiosas, nuestra ayuda humana y material para que puedan seguir, por medio de su vida consagrada a la oración y al culto a la Eucaristía, intercediendo por todos nosotros.

Este año, además, les tenemos preparada una sorpresa que, de seguro, nos hará vivir un momento inolvidable. No te lo pierdas.


jueves, 20 de diciembre de 2012

EL EVANGELIO DEL DOMINGO: 4º DOMINGO ADVIENTO (23-12-2012)

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El texto del evangelio de este domingo es de Lc 1, 39-45 y dice lo siguiente:


"En aquellos días, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito: “¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá”.

* María, la mujer que confió en Dios, movida por su fe y por el amor, fue aprisa a la montaña a ayudar y servir a su prima, ya mayor que estaba embarazada. María descubre la necesidad y actúa en consecuencia. El amor le dio fuerza y alas a María para afrontar los riesgos y dificultades del camino. El amor puede hacer fácil lo que, sin amor, es difícil o imposible. Muchas veces, nuestra ineficacia y nuestro conformismo se deben a nuestra falta de amor.
Esta actitud de María es un ejemplo para todos los cristianos, aunque parece incompatible con el egoísmo de nuestra época. Hace falta cerrar los ojos y los oídos para no descubrir que hay alguien que nos llama con voces de angustia en medio de la crisis. Y es a este mundo de nuestro siglo a quien nosotros hemos de llevar a Cristo, al amor, como transmitió María.


* ¿Quién necesita, ante estas jornadas santas de la Navidad, una palabra de nuestros labios; un gesto fraterno de nuestras manos o una sonrisa sincera de nuestro rostro? ¿Somos conscientes que, sin caridad, no es auténtica nuestra Navidad? ¿Caemos en la cuenta que, una Navidad sin apertura hacia los más débiles o tristes, corre el peligro de quedarse en simple vanidad?
Que como María, aprendamos hoy que la fe en Dios tiene como consecuencia la atención caritativa a los más necesitados. Que como María respondamos a la necesidad con la actitud de servicio.
Que como en esta escena de la visitación de María a su prima, queramos nosotros también recibir a María para que, a través de ella, venga a nosotros Jesús.


* El tema del aborto está de plena actualidad. En este texto, Lucas nos narra cómo María acude a visitar a su prima llevando al Redentor en sus entrañas, y cómo desde el seno de Isabel, el niño salta de gozo. Bella escena para ilustrar las campañas a favor de la vida, y que hace imposible que un cristiano pueda aceptar el aborto. Muy gráfica y muy emocionante, que nos recuerda la importancia y la vida real que se desarrolla en el útero de cualquier embarazada.
Que seamos capaces de defender con valentía, el derecho a la vida en todos sus aspectos.



Estos puntos ayudan a iniciar la reflexión, a partir de ahora esperamos vuestras aportaciones que nos abran nuevos horizontes y nos acerquen a una comprensión más completa de la Palabra.

Muchas gracias a todos por vuestra participación.


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miércoles, 19 de diciembre de 2012

PRESENTACIÓN DEL LIBRO DEDICADO AL BARRIO DE SAN PEDRO Y SU PARROQUIA CUYO AUTOR ES NUESTRO HERMANO MAYOR

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El domingo , día 30 de diciembre, festividad de la Sagrada Familia, a las 20,00 horas y en nuestra parroquia de San Pedro (C/ Bizcocheros), tendrá lugar la presentación del libro “San Pedro, la iglesia escondida en el centro de Jerez" ,cuyo autor es nuestro Hermano mayor,D. Eduardo Velo,libro conmemorativo del centenario parroquial, prologado por el Iltmo.Sr. D. Eugenio José Vega Geán, profesor de historia, académico de San Dionisio y presidente del Centro de Estudios Históricos Jerezanos, cuya invitación y portada adjuntamos. El acto, convocado por la parroquia de San Pedro y nuestra Cofradía, será coordinado por el, también, académico de San Dionisio,cofrade lauretano y miembro del citado Centro de Estudios Históricos Jerezanos, Iltmo. Sr. D. Marco Antonio Velo García.
La obra consta de 265 páginas y distintas ilustraciones, la mayoría históricas. Está dividida en dos capítulos, el primero recoge una aproximación a la historia del barrio y sus personajes ilustres, mientras que el segundo capítulo está dedicado integramente a la parroquia de San Pedro, con tres partes diferenciadas, una en la que se hace un pormenorizado recorrido por el que fuese, desde el siglo XVIII a 1911, templo auxiliar de San Miguel; otra sobre la parroquia de San Pedro y los Descalzos, que funcionó como tal desde 1911 a 1962, para finalizar con el momento actual desde la restructuración parroquial del año 1962 con la creación de la parroquia de Los Descalzos y Las Angustias, hace ahora cincuenta años.

Un libro para los amantes de nuestro Jerez y para tantos jerezanos que, de una forma o de otra, se sienten unido al barrio de San Pedro y su parroquia, que aunque hoy ha quedado integrado en el centro de la ciudad sigue manteniendo ese sello que lo caracteriza como una de las collaciones más castizas y populares del entramado urbano jerezano. Tal como apunta Eugenio J. Vega al final de su prólogo ".....La historia de la parroquia de San Pedro es nuestra propia historia, y quizás la de usted amigo lector, en la que evocamos cuyunturas y creencias de un pasado reciente; de un ayer sobre el que se construye la estructura sociológica del Jerez del mañana."

Os esperamos.



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INTENCIONES PARA LOS CULTOS DE ESTE VIERNES

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Un año más hemos puesto en marcha un nuevo curso en el que, entre otros proyectos y aspiraciones, queremos desde la Junta de Gobierno, buscar fórmulas para que los hermanos se sientan, cada vez más, miembros activos e importantes en el devenir diario de nuestra corporación. Una de las cosas que queremos potenciar es la mayor participación en nuestros encuentros semanales entorno al culto al Santísimo y a nuestros Sagrados Titulares. Para ello volvemos a ponernos en contacto contigo para informarte que, tal como venimos haciendo desde hace unos años, un viernes del año te lo vamos a dedicar a ti y a tus familiares, vamos a pedir por todo aquello que te preocupa, por tu salud y la de los tuyos, por tus aspiraciones y deseos, y lo vamos a hacer, con nombre y apellidos, delante de Nuestra Madre de Loreto para que interceda ante Dios por ti, por toda tu familia y por tus allegados.

Es una oportunidad que se te ofrece para orar juntos, para acercarte a tu Hermandad en un día en el que tu cobrarás protagonismo especial y en el que todos los presentes nos uniremos en oración a ti para rogar unidos por tus intenciones particulares y familiares, aprovechando, también, para mantener un ratito de grata convivencia.

 Viernes 21 de diciembre:   Manuel Antonio Carrasco Saldaña, María Isabel Casas López, Daniel Castañeda Sánchez, Eusebio Castañeda Sánchez, Víctor Luis Castañeda Sánchez, Daniel Castro García de Veas, Francisco Javier Conde Duque, Manuel Coro Iniesta y Adrián Corrales Aguayo.


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martes, 18 de diciembre de 2012

MAÑANA MIÉRCOLES NUEVA CHARLA PARROQUIAL EN EL AÑO DE LA FE

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Continuando con el calendario fijado para este Año de la Fe por los Agentes de Pastoral de la Comunidad Parroquial de San Pedro y asumido por nuestra Hermandad como programa formativo para el presente curso, mañana miércoles, día 19 de diciembre, a las 19,30 h, tendrá lugar la charla formativa: Diálogo sobre la Iglesia en el mundo actual.(Gaudium et Spes).

Desde la Junta de Gobierno de la Hermandad se anima a todos los hermanos a la participación en este programa de formación. Nuestro Director Espiritual tiene especial interés en que estas charlas nos ayuden a profundizar en los fundamentos de nuestra fe para vivirla con intensidad en este año tan significativo para todos los cristianos.

Hermano, si tus responsabilidades laborales y familiares te lo permiten, no faltes a esta nueva cita formativa, te esperamos.

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lunes, 17 de diciembre de 2012

NUESTRA COFRADÍA EN LA CALLE EN EL BLOG IMÁGENES JEREZANAS



Como si de un regalo de Reyes se tratara,los amigos del blog IMÁGENES JEREZANAS acaban, en estos días, de publicar sus fotos correspondientes a nuestra Estación Penitencial en este 2012.Os mostramos algunas de ellas,pero podréis verlas todas pinchando en la siguiente dirección:

http://imagenesjerezanas.blogspot.com.es/2012/04/estacion-de-penitencia-de-la-hermandad_454.html

Como siempre agradecer a los componentes de este excelente blog,en especial a nuestro hermano Carlos Gavira, sus fotos y el cariño patente en llevar adelante la actualización casi diaria de su contenido a todos los cofrades.













sábado, 15 de diciembre de 2012

ANTE EL PRÓXIMO NACIMIENTO DEL NIÑO DIOS

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El anuncio más gozoso que se ha hecho a los humanos, lo recibieron unos pastores de Belén que vigilaban durante la noche su rebaño: “Os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor”.

En el mismo momento de la anunciación, cuando la Palabra de Dios comienza a hacerse carne y sangre humana, comienza el misterio de amor del Dios hecho hombre. Y, cuando una muchacha nazarena da a luz en Belén, siguiendo las leyes de la naturaleza humana, se manifiesta con toda su fuerza y esplendor.

Sin los adornos de la poesía o de la imaginación popular, lo que en Belén sucedió, fue: a las afueras del poblado, en un establo, María dio a luz a su hijo. El Mesías esperado nace en una gruta de un pequeño pueblo de Judea. Así lo quiso Dios. Él mismo buscó la madre, el lugar y las circunstancias. El Hijo de Dios baja del cielo hasta el corazón de la tierra. Desciende para poner su choza entre los hombres; cambia la vecindad de Dios por la nuestra. La bajada de Dios al mundo, que es la llegada de la gracia y de la salvación, es la bajada de la pobreza. Jesús viene a envolvernos y acogernos con el mismo amor con que el Padre le ama y Él ama al Padre.

La encarnación manifiesta la irrupción de Dios en la historia. Dios se revela en Jesucristo; y por Él, en la historia de los hombres. Comienza su peregrinar hasta que llegue la plenitud de su presencia. Antes de que esto ocurra, hay un itinerario, una marcha hacia la plena realización. La encarnación marca el advenimiento de un Dios que nos hace mirar no solo a los hombres y a la historia; nos llama también a contemplar, descubrir y construir el futuro. Jesús sigue siendo el hombre esperado; aún aparecido, sigue siendo desconocido. Ha de ser creído.

La encarnación es la epifanía del nuevo amor, de la fraternidad, de la justicia y de la paz. Que lo sea para todos nuestros amigos y lectores, ¡feliz Navidad!


Eugenio Alburquerque Frutos
Salesiano

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jueves, 13 de diciembre de 2012

EL EVANGELIO DEL DOMINGO:3º DE ADVIENTO (16-12-2012)

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El texto del evangelio de este domingo es de Lc 3, 10-18 y dice lo siguiente:


En aquel tiempo, la gente preguntaba a Juan: “¿Entonces, qué hacemos?”. Él contestó: “El que tenga dos túnicas, que se las reparta con el que no tiene; y el que tenga comida, haga lo mismo”. Vinieron también a bautizarse unos publicanos y le preguntaron: “Maestro, ¿qué hacemos nosotros?”. Él le contestó: “No exijáis más de lo establecido”. Unos militares le preguntaron: “¿Qué hacemos nosotros?”. Él les contestó: “No hagáis extorsión ni os aprovechéis de nadie, sino contentaos con la paga”. El pueblo estaba en expectación, y todos se preguntaban si no sería Juan el Mesías; él tomó la palabra y dijo a todos: “Yo os bautizo con agua; pero viene el que puede más que yo, y no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego; tiene en la mano el bieldo para aventar su parva y reunir su trigo en el granero y quemar la paja en una hoguera que no se apaga”. Añadiendo otras muchas cosas, exhortaba al pueblo y le anunciaba el Evangelio.


* Este tercer domingo de Adviento es llamado “Domingo Gaudete” o “Domingo del Gozo” , porque las oraciones de este día nos invitan a la alegría y porque el evangelio nos indica cómo el gozo auténtico brota de Dios. El gozo no es una mercancía que podemos comprar ni pertenece a la esfera de la diversión o distracción superficial. Nace en el interior de la persona y tiene varias manifestaciones: el gozo de dar, la generosidad; el gozo del arrepentimiento, mejorando la conducta; el gozo del perdón, logrado al reconocer los propios pecados; el gozo de la escucha, acogiendo la Buena Noticia; el gozo de la promesa aceptada con sinceridad..., en resumen, el gozo del Hijo de Dios que está llegando.


* Juan es el precursor y Jesús el Mesías prometido. La misión de Juan es preparar la venida del Mesías. Juan nos llama a la conversión, a un cambio de vida. Pero, ¿en qué consiste esa conversión?, ¿qué debemos hacer?
El evangelio de hoy es bien claro y muy actual. Juan señala dos cosas a quienes le preguntan. A unos les pide que repartan lo que tienen con los demás. A otros les pide que no abusen de sus cargos, que no busquen una alegría mundana aprovechándose de otros, sino que sean honestos en sus ocupaciones. Esto es lo que da la verdadera alegría y esto es lo contrario de lo que nos quiere arrastrar la sociedad de consumo.
Conversión no es sólo confesar los pecados, sino también cambiar de actitud, cambiar nuestros criterios y adecuar nuestra mente a las exigencias del evangelio. Preparar nuestro ánimo, nuestro corazón para que la gracia de Dios irradie en nuestra vida entera.


* Gracias, Jesús, por estas palabras que nos dan luz. Gracias, Jesús, por infundirnos valentía para no esclavizarnos a las cosas. Gracias, Jesús, porque nos dices cada día cómo puedo vivir tu vida. Gracias, Jesús, por estar siempre pendiente de nosotros.
Jesús, danos fuerzas para seguir ese camino, para hacer siempre tu voluntad, para limpiar nuestro corazón de todas las ataduras y llenarlo de la verdadera felicidad.


* Juan y María, símbolos de la humildad. Ambos nos llevan a Jesús, sin protagonismos, quedando en segundo término. No hay en este mundo misión más grande que la de ayudar a otros a encontrarse con Jesús. Pongamos nuestras vidas, al igual que Juan y María, al servicio de la evangelización.


* María, ayúdame a vencer mi natural tendencia a la vanidad. Que mi ego no sea más fuerte que mi capacidad de amar. Que mi vida sea también como la de Juan, una “buena noticia” para todos los que me rodean.


Estos puntos ayudan a iniciar la reflexión, a partir de ahora esperamos vuestras aportaciones que nos abran nuevos horizontes y nos acerquen a una comprensión más completa de la Palabra.

Muchas gracias a todos por vuestra participación.

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miércoles, 12 de diciembre de 2012

4º ANIVERSARIO DEL BLOG AGENDA LAURETANA

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Este pasado 10 de Diciembre,este humilde blog cumplió su cuarto aniversario de vida.Con un historial de más de  90,500 visitas y 149,700 páginas vistas, sigue teniendo, como objetivo principal, ser el mejor y primer órgano de comunicación de nuestra Hermandad.No quisiera acabar esta entrada sin dejar aquí patente nuestro inmenso agradecimiento a cuantos vienen con nosotros periódicamente colaborando, bien con sus fotos,artículos o acertadas ideas,de corazón, sin vosotros esto no sería lo que es.Quede aquí patente nuestro compromiso de aspiración de mejora en general,de mayor calidad y de más completo contenido.


                                                   

INTENCIONES PARA LOS CULTOS DE ESTE VIERNES

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Este Viernes y a las 21:00 horas, tendremos las oraciones ante nuestros sagrados Titulares, en el transcurso de las cuales se hará mención de las intenciones de este día y de los nombres de los hermanos por los que se aplicará los cultos, por si padecen enfermedad, desempleo, soledades, disgustos, etc, ,en definitiva por sus intenciones particulares y los de sus familias. Será un momento de unidad en oración, como exige nuestra condición de auténticos hermanos:

VIERNES 14 DE DICIEMBRE:  Elena Calderón Díaz, José Luis Calderón Gil, Manuela de Loreto Calderón Huerta, Bella María Calderón Padilla, Inmaculada Calderón Padilla, Juan Alfredo Calderón Padilla, Lorenzo Calderón Padilla, Andrés Calderón Vivero, José Manuel Calvo Arellano y José Manuel Calvo del Valle.

NO FALTES HERMANO, NUESTRA MADRE DE LORETO Y TODOS LOS HERMANOS PRESENTES TE ESPERAMOS, EN EL DÍA SEÑALADO, PARA ORAR CONTIGO POR TUS INTENCIONES PARTICULARES.

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FOTOS TRAS LA FUNCIÓN SOLEMNE DE ESTE LUNES

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Fotos tomadas tras la terminación de la Función Solemne del pasado lunes con motivo de la Festividad de Nuestra Madre.
En ellas podemos ver a nuestro Hno. Mayor,D. Eduardo Velo,al vestidor de la Señora,D. Jesús Tamayo, y al Predicador del Tríduo,D. José Granados, rodeados de las recién nombradas y flamantes camareras de la Virgen,Dña. Ana Luisa Sánchez,Dña. Mª Ángeles Márquez,Dña Inmaculada Calderón y Dña Antonia Romero (Honorífica).Les deseamos desde este blog una labor fructífera y llena de parabienes.



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martes, 11 de diciembre de 2012

REFLEXIÓN EVANGÉLICA PARA EL TERCER DÍA DEL TRÍDUO

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Ofrecemos hoy a los hermanos que no hayan podido asistir, la reflexión evangélica del 2º día de Triduo a Ntra. Sra. de Loreto.



En Estos días anteriores hemos reflexionado acerca de la Anunciación del Ángel a María, la Visitación de María a su prima Isabel, el significado de la Festividad de la Inmaculada Concepción de María, y el Adviento. Hoy, seguimos profundizando en el conocimiento de Nuestra Señora, de sus sentimientos, de sus actuaciones, y de su personalidad, y para ello, vamos a fijarnos en un elemento muy cofrade y muy recurrente en la religiosidad popular, que son los 7 dolores, o las 7 angustias de la Virgen. Recordemos que estos dolores son los siguientes:

-Primer Dolor: La profecía de Simeón en la presentación del Niño Jesús.

-Segundo Dolor: La huida a Egipto con Jesús y José. 

-Tercer Dolor: La pérdida de Jesús. El niño perdido y hallado en el templo. 

-Cuarto Dolor: El encuentro de Jesús con la cruz a cuestas camino del calvario.

-Quinto Dolor: La crucifixión y la agonía de Jesús.

-Sexto Dolor: La lanzada y el recibir en brazos a Jesús ya muerto.

-Séptimo Dolor: El entierro de Jesús y la soledad de María.

En concreto, hoy vamos a reflexionar acerca del primero y del tercero, y el papel de María en los diferentes momentos, así como durante el Nacimiento de Jesús, el origen de estos dolores.

En primer lugar, el Nacimiento del Hijo de Dios en el Portal de Belén, supuso un gran reto para María, ya que se preguntaba si ella podría estar a la altura del Niño. Toda madre agradece cuando abraza por primera vez a su niño, pues es consciente de no haberlo ocasionado con sus propias fuerzas corporales y espirituales: el niño es un regalo. Asimismo le agradece a su esposo, pero éste también se asombra, pues él ha aportado menos que la mujer. En el Niño que María ha dado a luz se nos abre la Vida de un modo totalmente nuevo. María sabe que no le debe su pequeño a ningún esposo, sino únicamente a Dios. Y en todo esto, María sabe que ella no obra como mero instrumento, sino que su “sí” humano fue tomado muy en serio. Ella no es solo el canal por donde fluye ese don de Dios, es fuente junto con Dios.

Por eso, María reconoce su propia responsabilidad de un modo nuevo: deberá ser para su Niño Madre corporal y espiritual, amamantarlo con su leche materna, educarlo y guiarlo en el mundo de los hombres, pero ante todo en el mundo de Dios. En el nacimiento, Él se separa de ella, para comenzar su regreso al Padre a través del camino del mundo. Y la Madre no retendrá a su Hijo junto a sí, sino que renunciará e introducirá a su Niño en su renuncia materna. Vendrá el tiempo para esto, en verdad muy pronto y luego siempre de nuevo, pues el Hijo ha aprendido tan bien esa enseñanza de la Madre, que Él por su parte introducirá y ejercitará a María en su renuncia filial, más allá de toda medida humana: “¿No sabíais que debía ocuparme de las cosas…?” “¿Quiénes son mis hermanos, quién es mi madre…?” “Mujer, he aquí a tu hijo”. Con esto le muestra cuán lejos Dios puede conducir un “sí” sin reservas más allá de Él mismo. Todas estas son pequeñas “espadas” que se iban clavando en el corazón de María, pues no comprendía la actitud de su Hijo. Como todos huimos frente a la muerte, así las madres suelen apegarse a sus niños, ejerciendo una relación de especial protección para que no estén expuestos a ningún riesgo que les aboque a separarse de ellas. María tuvo que aprender muy pronto que la protección de Dios, era distinta a la suya. Que el camino de Dios, en ocasiones era muy distinto a lo que una madre ofrece a su hijo. Sin embargo, también queda patente en la infancia de Jesús que el Niño puede entregarse a la Madre del mismo modo como se ha entregado desde siempre al Padre.

En el trasfondo de la escena del nacimiento también se encuentra José, como hemos visto, que renunciando a su propia paternidad asume el papel del padre adoptivo que le fue encomendado. José da un ejemplo especialmente impresionante de obediencia cristiana, que puede resultar muy dura, precisamente en el ámbito corporal; pues se puede ser pobre si se regala todo de una vez para siempre, pero casto, sólo si se renuncia día a día de un modo nuevo a lo que es inalienable. Sin que sea posible comprobarla ni fijarla, la fuerza de esa renuncia confluye en la obra de Jesús, en la castidad por Él vivida y exigida. Y José, al igual que María, no fue consultado acerca de si él quería renunciar o no. No recibió una sola aclaración sobre cómo era que su mujer estaba embarazada. Sólo cuando quiso abandonarla, Dios se dignó informarlo.

En derredor del pesebre están los pastores, a quienes el ángel les ha resumido toda la promesa de Israel y anunciado su cumplimiento en el presente. Lo que ellos encuentran es una confirmación de que Dios habla verdaderamente: “Ellos encontraron a María y a José y al Niño acostado en el pesebre”. Los pastores encuentran a tres personas; esto debe bastarles, y les basta. Ahora que el Hijo divino es un hijo del hombre, no se pueden perseguir revelaciones que prescindan del prójimo, de los demás hombres. La palabra de Dios les ha indicado a los pastores ese signo, y ellos deben tener la suficiente humildad y clarividencia para percibir lo que Dios les ha señalado en este “signo” del Niño envuelto en pañales. Estas telas que forman los pañales en los que Jesús es arropado cuando nace, le acompañaran en la Cruz, cuando le despojan de sus vestiduras, así, Cristo vuelve al Padre en el mismo sentido estético en el que vino.

En segundo lugar, nos detenemos en la imagen de la presentación de Jesús en el templo por parte de la Madre Virgen, que recapitula en sí tres aspectos distintos que corresponden a la ley judía habitual, a la que cualquier primer niño varón y cualquier madre han de someterse, pero en los tres casos esas ceremonias usuales adquieren ahora un sentido único. Ellos son: la circuncisión del niño, la purificación legal de la madre, y el rescate o entrega del primogénito.

En la circuncisión, el niño es incorporado al pueblo de Dios y recibe de este modo su nombre. Y porque el ángel había predeterminado ya el nombre, por eso la circuncisión era inevitable. Ésta era desde tiempos antiguos la forma drástica de representar corporalmente y –para el individuo- de llevar a cumplimiento definitivo la alianza: “Mi alianza en vuestra carne se haga alianza eterna”. Pablo colocará el bautismo en el lugar de ese signo drástico.

Luego, pasado un mes del nacimiento, llega el tiempo de la purificación de la Madre: “Cuando se cumplieron los días de su purificación”. Lucas suaviza la expresión poniendo el posesivo “de ellos” en plural, pero solo puede referirse a María. La madre era considerada impura según la ley, no podía tocar nada santo ni podía mostrarse en el templo. La purificación era operada por un sacrificio de holocausto y expiatorio; la mujer podía presentarse en el templo también sin el niño; pero aquí, porque se recapitulan los tres eventos, está presente toda la Sagrada Familia. Y esta vez, la tensión entre ley general y caso particular es aún más estridente. Si el Niño, sometiéndose a la ceremonia de la circuncisión, fue marcado como un miembro del pueblo que espera la salvación de Dios, del pueblo que espera al Mesías, del mismo modo, por ese mismo acto, la Madre fue considerada como una mujer casada normalmente, que reconoce haber concebido ese hijo de su legítimo esposo y haberlo dado a luz de la manera habitual…

El evangelista Lucas recapitula los tres momentos, sin perjuicio de la distancia temporal entre circuncisión y purificación. Y el sentido de las tres acciones simbólicas es la restitución en sacrificio a Dios de lo que le pertenece. Y esto en obediencia a la “ley de Moisés” o “del Señor”, como san Lucas repite cinco veces. Tampoco el pobre es dispensado de ello; en lugar de un animal de precio elevado, José lleva la ofrenda de los pobres: dos palomas. Bajo el signo de la obediencia, el Hijo se ha hecho hombre, lo que ninguna necesidad mundana podía exigirle. Bajo el signo de la obediencia, Él se incorpora al pueblo de Dios, lo que visto desde afuera sólo crea malentendidos. Y en esa obediencia propia incluye también a su Madre y a su padre custodio. La primera sangre corre, inocente, es arras para la sangre de la Pasión, por la que se cumplirá el verdadero y único “rescate” y “purificación”. Y esta sangre de la circuncisión de Cristo es un símbolo de la que más tarde derramará cuando sea traspasado en la Cruz por la lanza.

A este canto de glorificación también pertenece la profecía del signo de contradicción que el Hijo establecerá y de la espada que debe traspasar el corazón de la Madre.

En tercer lugar, nos detenemos en el capítulo del Niño Jesús perdido y hallado en el templo. De esta presentación que ocurrió doce años atrás en el templo, casi se podría pensar que los padres hubieran debido buscar al Niño en primer lugar en el templo mismo. ¿No lo había vuelto a regalar a Dios? ¿No había dicho el profeta que no era un niño cualquiera, sino el sacrificio definitivo? Pero lo nuevo que Jesús trae es tan único e irrepetible que sólo Él, sólo la experiencia que hacemos con Él, nos puede introducir en esa novedad. Y el primer paso de esa introducción siempre será un “no comprender” lo que Él nos está diciendo. Él es realmente “el camino” que todo cristiano, también María, debe primero andar, para entonces comprender que Él es “la verdad y la vida”.

Los padres lo encontraron en el templo, en un lugar que pertenece a Dios, en el que ningún hombre puede vivir; allí no hay ni mesa ni lecho. El lugar en el que Dios habita es un lugar inhabitable para el hombre. El Hijo de Dios vivirá siempre allí, porque reposa en la voluntad del Padre que el Espíritu le presenta, porque el Hijo en esta forma humana continúa la obediencia que siempre ha cumplido desde toda la eternidad: ser “en Dios”, “permanecer en el seno del Padre”. Y como consecuencia, a diferencia de los pájaros y los zorros que tienen sus nidos y madrigueras, Él no tendrá en la tierra un lugar donde apoyar su cabeza. Mientras tanto y hasta que el templo subsista, habita en él, porque el santuario es la casa simbólica de Dios en el mundo. Pero del templo no quedará piedra sobre piedra. Entonces el Hijo, que hace la voluntad del Padre en la tierra y en el cielo, será el único templo de Dios en el mundo. Jesús mismo habla de ello en palabras veladas, cuando dice que en tres días volverá a levantar este templo, si los hombres lo destruyen. En el Niño de doce años, una vez más, el Nuevo Testamento permanece escondido en medio del Antiguo. Él será el lugar de Dios en el mundo, y porque se donará eucarísticamente a todo el mundo y su cuerpo donado construirá su Iglesia, ese lugar será accesible en todas partes. Pero accesible en la tribulación, en la memoria de su muerte y resurrección, de su perderse y ser encontrado. Allí mismo se lo deberá buscar: en el misterio de los tres días; como también sus padres lo encontraron luego de buscarlo en vano durante tres días. Buscarlo allí donde Él no está: en los pecadores, en los alejados de Dios, en la solidaridad con los enemigos, con los perdidos, donde Él se da a conocer el tercer día.

“Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Mira, tu padre y yo, angustiados, te andábamos buscando”. Él no puede ahorrarles ese dolor. El cristiano sólo puede encontrar en la búsqueda, en un buscar serio y real, como si absolutamente todo dependiese del encontrar eso perdido. No existe otra iniciación cristiana de vida que esta enseñanza concreta e intuitiva: podemos encontrar a Jesús sólo donde Él se ha donado sin reservas a Dios. Todos los cristianos deben buscarlo entre “los parientes y los conocidos”, por todo el mundo, para finalmente aceptar y dejarse decir: “¿No sabíais que yo debía ocuparme de las cosas de mi Padre?”. Probablemente nosotros tampoco entenderemos en un primer momento, igual que María y José, y seremos puestos de nuevo en el camino de búsqueda. También después de Pascua se puede proseguir ese camino. María Magdalena lo busca en la tumba, pero cuando Él se deja encontrar, lo agarra como si fuera una posesión, y Él se retira. Y no se comporta de otro modo con los discípulos de Emaús, pues se retira tan pronto fue encontrado. De manera definitiva sólo le encontramos en el lugar del Padre, en el cielo, cuando encontrar no significa ya encerrar a Dios en nuestro espacio, sino ser encontrado por Dios, entrar en su espacio, “ser conocido por Dios”. “Dios es infinito, para que le busquemos, habiéndole encontrado” (San Agustín).

En el Sermón de la Montaña, Jesús exigirá expresamente la disponibilidad a dejarse expoliar: una vez más se unen y entrelazan pobreza y obediencia. Porque María aún “no ha entendido”, deberá existir una pérdida más dura: en lugar de tres días, serán tres años. El que se ha ido no escribirá a su casa y no enviará noticias a los suyos. Sí, lo que es aún más penoso, no recibirá siquiera una vez a los parientes que le visitan. Ahora está de tal modo en casa, en la voluntad de su Padre, que quien quiere encontrarlo debe desnudarse de sí, seguirle y hacer la voluntad de su Padre celestial. La Madre, que aquí en el templo es la que encuentra, servirá luego como objeto de demostración: ella será la más duramente rechazada, la más abandonada. Y nos es dicho cuánto “comprenderá” en sus años de soledad. Un no comprender que sin embargo cree, sin embargo dice sí, es constitutivo de la fe cristiana. El Hijo mismo no entenderá en la cruz por qué el Padre lo ha abandonado. “Si comprendes, no es Dios” (San Agustín).

María conserva todo esto en su corazón, deja que todo madure en su vientre para volver a donarlo a la Iglesia y a su ministerio, como experiencia y sabiduría cristianas originarias. En su prolongada contemplación se aclara lo incomprendido, si bien ella permaneció toda su vida como una mujer que tiende y se esfuerza. Precisamente por esa razón ella no yerra, es infalible. La Iglesia, que consiste en pecadores, habrá de unificar ambas cosas de una forma aún más paradójica: ser en camino y nunca haber llegado y sin embargo conocer el camino y poder también indicarlo. Para María, la profecía de Simeón es una señal infalible: mientras se encamina hacia esa espada que habrá de traspasarla, se sabe en el recto camino, en el camino del Hijo. Ese modo de estar inspirada no impide que ella deba buscar, día a día de nuevo, su camino en la obediencia. En este buscar, que no puede perderse, María es para nosotros el ejemplo, en el corazón de la Iglesia, de cómo nosotros podemos y debemos permanecer, en y por la Iglesia, en el camino, que es Cristo. Que así sea.

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lunes, 10 de diciembre de 2012

¡¡¡FELICIDADES MADRE !!!

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HERMANO :

*NO FALTES HOY A FELICITARLA,ELLA NOS ESPERA,COMO SIEMPRE,EN LA PARROQUIA DE SAN PEDRO A LAS 20:30 HORAS.

*¿DE VERDAD NO DISPONES DE UN RATITO TAN SÓLO PARA ELLA?
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EN LA FESTIVIDAD DE LORETO

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EL ambiente antirreligioso propiciado por el sectarismo de una laica II segunda república española y el miedo a posibles agresiones y disturbios hizo que en1932 se suspendieran casi todos los desfiles procesionales de Semana Santa. En Sevilla sólo procesionó, el Jueves Santo, la Hermandad de la Estrella de Triana, conocida, desde entonces como La Valiente, sufriendo varios atentados e incidentes (Carreras; una bomba que no llegó a estallar, le lanzaron una piedra a la Virgen, que no le llegó a dar, le arrojaron al paso cascarones de huevos llenos de gasolina; que no llegaron a prender, hubo tres disparos en la trasera del palio, a la entrada de la catedral, sin consecuencias trágicas, etc.). La Virgen salió de Triana y, tras dejar el puente, entró en Sevilla ante un pueblo amedrantado por unos exaltados, que en estos años se habían encargado de incendiar iglesias, saquearlas y destruir insustituibles obras de arte; la procesión iba casi de tapadillo, fruto de la tensión imperante, pero al llegar a la Campana una saeta cortó la tarde, creo que fue la Niña de la Alfalfa la que proclamó a los cuatro vientos el sentimiento más profundo de un pueblo eminentemente mariano, la saeta decía: "Han dicho en el banco azul que España ya no es cristiana pero aquí quien manda eres Tú, Estrella de la mañana". Desde aquel momento el inmenso público reunido estalló en una apoteosis de júbilo y la procesión desafiando a los hostiles, completó brillantemente su itinerario de siempre y volvió triunfante a su barrio.

Aquella saeta fue la voz del pueblo, es indiscutible que en España, y en especial en Andalucía y más concretamente en Sevilla quien manda es la Virgen y si no que se lo pregunten a los políticos, ningún partido político es capaz de convocar a tantas personas en un mitin como la Macarena en su salida. Y lo mismo ocurre en cada pueblo, en cada ciudad o incluso en cada barrio andaluz, sale una Patrona a la calle y todo el pueblo con Ella, los de derecha, los de izquierda y hasta los llamados agnósticos, ir en contra de eso no se puede, le pese a quien le pese, en los pueblos de España quien manda es la Virgen.

Hoy es 10 de diciembre y el entramado de calles que circunda la jerezana Parroquia de San Pedro, celebra también el día de su Patrona, la suya y la de los Aviadores del mundo, es esa Virgen que desde siglos ha recibido, las oraciones y plegarias de los vecinos de una vieja collación, con identidad propia a pesar de su ubicación en el centro de la ciudad, un barrio escondido, castizo, con sabor clásico y de profundas raíces devocionales.

San Pedro vive su fiesta cada 10 de diciembre porque ese es el día de su patrona, la Virgen de Loreto, la que en Semana Santa se hace soledad penitencial y hoy es gloriosa reina de los cielos.

La fiesta de Loreto es mucho más que una solemnidad litúrgica, porque cada 10 de diciembre es un resurgir de emociones, de sentimientos y de recuerdos.

El 10 de diciembre pertenece al Jerez intramuros del ayer y del hoy, recuerdos de una Base de la Parra, unida a la vida y la historia de tantos jerezanos, recuerdos de uniformes azules y de cofrades antiguos que ya no están, recuerdos de celebraciones y condecoraciones, de juras de banderas y corales solemnizando función solemne en la Parroquia del Apóstol.

En la tarde de hoy en San Pedro se sigue haciendo historia, porque es 10 de diciembre y es el día de Loreto, la que manda allí, la que sigue siendo depositaria de la fe y las creencias de un barrio y de sus numerosos devotos, la que vela por todos los que, como dice el himno del Aire, "Alegre la mano, tenaz el empeño, la rosa del viento tomamos por cruz, jamás bajaremos desde nuestro sueño a una España sin gloria y sin luz".

Una gloria y una luz que sólo se consigue gobernando desde la tolerancia y el respeto a la fe y a la historia de los pueblos. Como diría Juan Luis Cebrián, gobernar no es mandar, por mucha mayoría que se tenga. Ningún gobernante ha movido montañas, la fe sí.


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REFLEXIÓN EVVANGÉLICA DEL 2º DÍA DEL TRÍDUO

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 Ofrecemos hoy a los hermanos que no hayan podido asistir, la reflexión evangélica del 2º día de Triduo a Ntra. Sra. de Loreto.


Hoy las lecturas propuestas comienzan con un profeta desconocido, Baruc. En su libro, pretende suscitar la reacción del pueblo. Éste, tras reconocer su pecado, y tras una reflexión en la que se insiste en que la verdadera sabiduría viene de Dios, concluye con un oráculo de consolación y restauración (Bar. 4,5 – 5,9). El texto que hemos proclamado corresponde a la segunda parte de este oráculo, usando expresiones e imágenes que nos recuerdan el retorno a Jerusalén, propias del segundo Isaías.

El exilio en Babilonia lo interpreta como consecuencia del pecado del pueblo de Israel, no como castigo de un dios caprichoso e irascible. A la vez que desarrolla y cumple con este sentido de penitencia, no cae en el victimismo ni en la culpabilidad morbosa. Dios promete que restaurará a su pueblo y que Jerusalén volverá a ser la ciudad en donde se reúnan todos los que aman al Señor. Por lo tanto, la última palabra la tiene la esperanza, no el castigo, el dolor o la destrucción.

En la Carta a los Filipenses, Pablo refleja esa “pobreza en libertad” que experimentó en su estancia con dicha comunidad. Pablo está persuadido de que, a pesar del laicismo imperante en Filipos, la bondad triunfará, más allá de cualquier división. Ello hará que “el que ha inaugurado entre vosotros esta obra buena, la llevará adelante hasta el Día de Cristo Jesús”. Es decir, que poco a poco nacerá la comunidad de seguidores de Jesús, la comunidad de la bondad. No hay que desalentarse porque los comienzos sean lentos, torpes. Al fondo de la realidad creyente está la persona de Jesús. Su obra no fracasará porque está hecha con hondo amor. Y donde hay amor, no hay fracaso. De esta manera, el horizonte de lo pleno, la utopía de la dicha llegará a hacerse una realidad para llegar a ella “cargados de frutos de justicia”. La bondad es el fruto de la justicia. Alimentar estos sueños sin la justicia que anida en ellos sería vaciarlos de sentido, incapacitarse para la bondad.

Respecto al Evangelio de hoy, éste comienza con una amplia datación (sincronismo), que expresa muy bien la preocupación del evangelista Lucas por situar la historia que está comenzando a narrar en la gran historia de su tiempo. Como situó el envío del ángel Gabriel a Zacarías y el nacimiento de Jesús, data ahora el comienzo de la predicación de Juan.

Utiliza la expresión “vino la palabra a”, que evoca la experiencia vivida por los grandes profetas. En esa misma línea es situado Juan que, además, aparece en el desierto, lugar privilegiado de la experiencia de Dios para Israel tras su salida de Egipto. Juan está bautizando con un bautismo de conversión para el perdón de los pecados. Esto es muy novedoso porque, mientras la idea de arrepentimiento y perdón es bien conocida en el Antiguo Testamento, no hay referencia ninguna al bautismo.

El pasaje se cierra con una cita de Isaías, la primera cita explícita del Antiguo Testamento en Lucas, que confirma el papel de precursor de Juan, que prepara el camino como ya fue anunciado por el ángel y proclamado por Zacarías. Así pues, la acción de Juan realiza lo anunciado por Isaías. Dios es fiel y su palabra se cumple. Las cosas acontecen según el Antiguo Testamento, es decir, según la voluntad de Dios. El ambiente es universal y lleno de esperanza, pues todo ser humano verá la salvación de Dios.

Pero detengámonos en ese “eco de la voz”, que es Juan Bautista. Si nos fijamos, es bastante natural que los niños descubran el eco gritando en las montañas, agarrados de la mano de sus padres. El asombro inicial al recoger su voz repetida les lleva a proferir posteriormente alguna que otra palabra malsonante, que, lógicamente, es repetida y ampliada. Esta experiencia es aprovechada por el padre para enseñarle que el mensaje que enviamos se nos devuelve de la misma manera: si el grito es amable, la amabilidad será la respuesta; si es desabrido, nos encontraremos la misma respuesta antipática… sólo que amplificada.

No es ésta la imagen de Juan Bautista gritando en el Desierto y en el Jordán, por una razón muy sencilla: no es su mensaje lo que grita. Es el mensaje recibido del Otro. Si fuera su mensaje volvería a él mismo sin ningún fruto, como eco repetido de sí mismo, sin valor alguno. Pero Juan habla en nombre del Otro, y su mensaje fructifica, se expande… y da frutos de conversión. Las aguas del Jordán no son un espejo que le refleja autocomplacientemente sino un cauce que conduce su voz para preparar caminos de igualdad, de enderezamiento, de perdón… de conversión y salvación. El Otro es Dios, agente principal de esas acciones que se anuncian a través del grito de Juan, quien predica la penitencia, que es cambio hacia el futuro de Dios.

Juan no es la Palabra, es el eco. Es el profeta. La Palabra es Dios. Los profetas son hombres y mujeres del pueblo, grupos de personas o comunidades que denuncian las injusticias, las mentiras, el odio, y anuncian caminos de vida, paz, amor y esperanza. Los profetas son puentes entre Dios y el pueblo, y también “fuegos que encienden otros fuegos”, antorchas de luz que inflaman e iluminan. Su misión a favor del Reino de Dios en la tierra provoca conflictos y persecuciones, y para ello preparan los caminos de la justicia y la solidaridad.

El camino de la justicia supone transformar la realidad por medio del cambio de las estructuras injustas. No basta con la queja ni con la sumisión inhibidora, sino que es preciso llegar al final del camino “cargados con frutos de justicia, por medio de Cristo Jesús, a gloria y alabanza de Dios” (2ª lectura) que quiere ser alabado desde la vida humana plena y abundante.

Por su lado, el camino de la solidaridad implica un cambio en las relaciones para lograr la renovación comunitaria. Esta solidaridad no es sólo el papel de la buena voluntad individual e intermitente para parchear situaciones. No es el camino de una solidaridad que se mueve mucho al principio, pero pronto se olvidan y dejan las conciencias tranquilas con el gesto de un donativo más o menos generoso (que para eso “se acerca la Navidad”). La plena liberación humana, para el pobre y para todos nosotros, se basa en el desarrollo de la solidaridad de los hombres entre sí y de éstos con todo lo creado, donde todos podamos colaborar en orden a conseguir un desarrollo plenamente humano, sabiendo que la solidaridad es cosa de Dios. En realidad, Dios es solidaridad. Dios es comunión interpeladora.

Solidaridad sí, pero no cualquier solidaridad: no una solidaridad a lo liberal, sino una solidaridad al estilo de Jesús. Hoy creemos –y el origen de la crisis nos lo recuerda- que no basta con cambiar las estructuras para transformar el mundo, sino que también es necesario cambiar la manera de vivir. Es la vida lo que importa. Y en este terreno los cristianos tenemos mucho que hacer: podemos con-vivir de otro modo y hacer un hueco en este mundo a tantos excluidos.

Retomando lo visto ayer en el Primer Día de Triduo, volvamos al momento de la anunciación, a la casa de Nazaret. En el Antiguo Testamento se había abierto a menudo el cielo y desde él se habían manifestado la Palabra y el Espíritu de Dios, pero nunca el Espíritu había alumbrado con su sombra el seno de una virgen. Todo lo anterior fue una preparación, un camino de ida; ahora es el cumplimiento.

El cielo se abre de una forma nueva y manifiesta la vida trinitaria de Dios, porque el Hijo del Padre se deja llevar por el Espíritu Santo a un vientre humano: todo procede del Padre, que permanece invisible. Él no se hace hombre, sino que envía a su Hijo eterno, pero el Hijo deja que se disponga de Él, y por eso el Espíritu Santo es activo, cumple la voluntad del Padre y lleva al Hijo hasta el lugar en que esa voluntad puede cumplirse “en el cielo como en la tierra”. En la encarnación se abre la vitalidad interior de Dios, que, en las tres referencias del ángel se hace clara como el agua:

“El Señor (Padre) está contigo”,

“Tú darás a luz al Hijo del Altísimo” y

“El Espíritu Santo te cubrirá con su sombra”.

Todo proviene de la decisión y el consejo de salvación del Padre, también en Dios mismo, pues el Hijo y el Espíritu proceden de la bondad del Padre; no como siervos subordinados, sino siendo co-esenciales, partícipes de un modo igualmente originario en el plan de gracia paterno para el mundo, estando de acuerdo con su pensamiento, que en última instancia no puede ser otra cosa que la bondad siempre mayor.

Esta bondad, esta voluntad de Dios consiste en que la Palabra, para que sea efectiva, debe hacerse hombre. Esto significa hacerse niño de una madre, quien ha de pronunciar un “sí” plenamente humano. De ningún modo y bajo ningún punto de vista el hombre es superado o violentado por Dios, ya que él no puede sufrir ninguna acción ni ningún encantamiento con cuyas posibles consecuencias no esté de acuerdo de antemano, aún desconociéndolas. Ni ahora ni más adelante puede un hombre reprochar a Dios que él fue “engañado” o “superado con astucias”.

Más bien, la Madre asumirá de antemano la actitud de su Hijo, no por un tiempo, sino para siempre, y lo representará, se pondrá en su lugar: para ser respuesta pura a la disposición, al beneplácito del Padre. La Palabra eterna que el Padre pronuncia en el mundo de los hombres es siempre una respuesta a Él, el Padre, y ahora esta respuesta debe resonar a partir del mundo: a partir de dos, Madre e Hijo, pues no existe un hombre aislado. Sólo existe el ser uno con el otro, el prójimo, la comunidad; también y precisamente en la perfecta soledad de la Madre junto a Dios, en la que ella, oculta a los ojos del mundo, ha de permanecer abierta a Dios, de un modo único e inimitable. En esa soledad de la Madre es fundada la comunidad entre Dios y el hombre, en la forma de la comunidad de Madre y Niño, hombre y hombre.

La Encarnación de la Palabra es Obra de Dios. No porque el hombre esté dispuesto a decir su “sí”, sucede la redención del mundo. La obediencia, en tanto significa renuncia a la propia disposición, es pasividad, pero en cuanto significa disponibilidad a recibir y concebir todo, es suprema actividad. Por eso la obediencia puede ser tan divina como el mandato del Padre, por eso la mujer que concibe puede ser tan digna como el varón, y por eso también el “sí” de María puede ser una participación en la cualidad de “sí” del Hijo. Esta cualidad sólo puede ser regalada de antemano por Dios, no como algo extraño, sino como capacidad para la más profunda auto-realización. Dios es libertad eterna. Sólo Él puede, regalándose, liberar a la criatura a su libertad.

María co-actúa en cuanto deja que se haga en ella. Por eso, es cierto que su respuesta es requerida, y que Dios dispone de antemano sobre ella (“Tú vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo”). También en esto ella está configurada a su Hijo, que siendo el “Hijo único” de Dios, se hace “siervo de Dios”.

En esta configuración, María es imagen y célula originaria de la Iglesia. Y esa configuración no es meramente espiritual, sino, en el misterio de la unidad corporal entre Madre e Hijo, también carnal. Ambos son “una carne”, así como la Iglesia, una vez conformada perfectamente, será “el cuerpo de Cristo”. Y la Iglesia lo es en toda su verdad cuando siente con María; ella es, entonces, un movimiento permanente hacia su propio centro realizado. Por eso, la Iglesia pecadora debe rezar: “Ruega por nosotros pecadores, ahora…”. Si buscara su identidad en la pecaminosidad y la distancia (en la “autocrítica”), se extraviaría de su verdadera esencia. La Iglesia no puede fijarse ni reparar en sí misma, ella ha de mirar a su propio origen mariano, en el cual, finalmente, sólo puede creer, ya que este origen, por medio de la gracia, es un “sí” sin pecado. Y así, la Iglesia, como María, no cree en sí misma, sino en la acción de Dios: “El Todopoderoso ha hecho en mí maravillas”, sí, la Virgen ha concebido del Espíritu Santo.

La Iglesia pecadora (somos nosotros) recibe el cuerpo del Señor eucarísticamente. Pero ninguno de nosotros lo recibe totalmente, conforme a su intención y su deseo de auto-donación. Por eso, detrás de cada una de nuestras comuniones está la “Iglesia Inmaculada” completando nuestro sí imperfecto. Solo la Iglesia en nosotros comulga de un modo perfecto, y esto es un motivo más para serle gratos y dejarnos amoldar a su Espíritu.

Una última reflexión, una parábola, con motivo de la Solemnidad de la Inmaculada Concepción, que también recordamos hoy:

“Un abuelo estaba teniendo una charla con sus nietos acerca de la vida, y les dijo:

* Una gran pelea está ocurriendo dentro de mí… Es entre dos lobos. Uno de los lobos es la maldad, el temor, la ira, la envidia, el dolor, el rencor, la avaricia, la culpa, el resentimiento, la inferioridad, la mentira, el orgullo, la egolatría, la competencia y la superioridad. El otro lobo es la bondad, la alegría, la paz, el amor, la esperanza, la serenidad, la humildad, la dulzura, la generosidad, la benevolencia, la amistad, la verdad, la compasión y la fe. Esta misma pelea está ocurriendo dentro de vosotros y dentro de todos los seres de la Tierra.

Los niños pensaron unos instantes, y uno de ellos preguntó a su abuelo:

* ¿Y cuál de los lobos crees que ganará?

El abuelo respondió simplemente:

* Aquél que tú alimentes…”

¿Somos buenos o somos malos? Cada uno tenemos un 50% de pecadores, y un 50% de justos. La historia de “los dos lobos” es nuestro punto de vista cristiano. Dios ha hecho todas las cosas –y las personas- buenas. Sin embargo, dentro del mismo ser humano libre, existe la otra tendencia al mal. Somos, pues, escenario de una lucha interna: la tendencia al autocentramiento (egoísmo, yo, pasividad, comodidad, etc), y la tendencia a la apertura (amor, generosidad, altruismo, participación…). “¿Quién nos librará de este cuerpo que nos lleva a la muerte?”

Precisamente sobre esta tragedia del ser humano es sobre la que se proyecta la imagen de María, la llena de gracia, como la saluda el ángel, el mensajero de Dios. Porque Dios la conoce a fondo y sabe que el corazón de María está tan lleno de Él, de su gracia, que no cabe lugar para que el otro “lobo”, siempre presente, invada su corazón y anule la inmensa bondad e inocencia de su alma. María es así, persona completa, imagen de lo que, en el fondo, queremos llegar a ser, invadidos de Dios.


María es la primera en decir “sí” a la tarea de construir el sueño de Dios para este mundo. Su plenitud de gracia era el motor de este primer “sí”. Ahora nos toca a nosotros decir los sucesivos “sí” de cada día hasta llevar la historia a su total plenitud, la realización definitiva de la promesa. Que así sea.

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domingo, 9 de diciembre de 2012

REFLEXIÓN EVANGÉLICA DEL PRIMER DÍA DEL TRÍDUO

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Ofrecemos hoy a los hermanos que no hayan podido asistir, la reflexión evangélica del 1º día de Triduo a Ntra. Sra. de Loreto.

En las lecturas proclamadas hemos podido escuchar el cambio del Antiguo Testamento al Nuevo, cómo hemos pasado de una mujer, Eva, cuyo nombre significa “la madre de todos los que viven”, a otra, a María, donde este “Eva” se transforma en “Ave”, el saludo que el ángel le dice a María y por el que la convierte en la Madre de Dios, y Madre nuestra. De Eva y Adán habíamos heredado el pecado, pero esto que parecía una calamidad, provocó que surgiera otra mujer para la que el Reino del Mal no tiene ningún poder. María nos da el fruto de su vientre, Jesús, que es Dios mismo, y que se ha encariñado de nosotros.

María acepta la voluntad de Dios sin pedir pruebas, es decir que la pregunta de María “¿cómo puedo ser yo madre?” es más una duda de carácter técnico, diferente a la de Zacarías, que se asumía que su vejez le convertía en una persona incapaz de engendrar. María confía en Dios, a través de la boca del ángel, le hace caso a Dios por la prueba de su prima, el Espíritu Santo la inunda, y comienza el Nuevo Testamento.
No obstante, hoy, vamos a poner el acento en un tema posterior al saludo del ángel, a la Visitación de María a su prima Isabel, otra situación que considera y realza la grandeza de la Virgen.
María se pone en marcha “rápidamente” para visitar a su prima. Esa partida es un fruto de su obediencia a la palabra del ángel, que le había dicho: “Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido a un hijo en su vejez y éste es ya el sexto mes de aquella que llamaban estéril”. María va para serle útil, para echar una mano; que esto sea la ocasión para que ambas reconozcan su gracia y se intercambien su alegría, acontecerá como de paso. Ante todo, María piensa en el niño que vive en Isabel, y yendo a visitarla lleva consigo a su propio Hijo.

Ella estaba sola al decir su sí, como cada uno en su misión de vida decisiva debe estar solo frente a Dios y solo pronunciar su sí, para sólo entonces ser introducido y conformarse nuevamente en comunidad. Y, por cierto, en comunidad con aquellos que también han debido decir sí a Dios y también han recibido de Él una tarea: en comunidad eclesial. Puede ser que yo ya conociera, en una amistad o trato mundanos, al hombre a quien he de obedecer; pero ahora se expande el estrecho espacio privado hasta transformarse en uno mucho más amplio, que significa al mismo tiempo un contacto más íntimo de las esferas personales (en las tareas) y una expropiación (“desapropiación”) más profunda en lo objetivo, anónimo, católico. Juntos miramos al regalo que pertenece a todos, en el Espíritu Santo de la misión, que aquí gobierna toda la escena.

Puede que una ligera inquietud haya conmovido a María al presentir que algo se esperaba de ella en este nuevo encuentro. No se presenta sola, sino que algo vive en ella, a lo que ha dado su pleno consentimiento, sin por eso conocer todo su alcance. Ella es receptáculo, vaso, custodia de la Palabra encarnada y de la voluntad de Dios. Y no sabe cómo actuará y se desarrollará ese centro en ella y en torno del cual ella ahora vive. María se sabe expropiada (“desapropiada”) en medio de la historia objetiva de salvación de Dios y, al mismo tiempo, puesta en un pedestal, porque el centro de esa historia de salvación vive, crece y saldrá desde su propio centro. Pero esto no despierta pánico alguno en ella, pues en su sí se ha donado al misterio dual: desaparecer como sierva y aparecer como portadora de la Palabra de Dios. En su Magnificat, une ambas cosas: todas las generaciones la llamarán bienaventurada y nunca cesarán de contemplarla, pero ella misma mira únicamente a Aquel “que acogió a Israel, su siervo, acordándose de su misericordia, como había anunciado a nuestros padres, a favor de Abraham y de su linaje por los siglos”.

Así, María porta aquello por lo que ella se deja portar. Y esa actitud es simplemente su fe. Toda fe eclesial ha de ordenarse según la fe de María, que porta consigo un contenido más grande de lo que puede comprender y por tanto, se deja llevar dócilmente por él.

Y, precisamente esta actitud de la Madre no es otra cosa que, nuevamente, su dócil con-moverse en la actitud de su Niño. Todo niño debe comenzar dejándose llevar. Y justamente este Niño, aún en su madurez, nunca se emancipará de su ser-niño, pues en su actuar adulto se dejará siempre llevar y mover por la voluntad del Padre, así como el Espíritu se la representa.

Ahora tiene lugar su primer ejercicio corporal, es llevado corporalmente, semejante al ejercicio en un noviciado en que se es mandado de aquí para allá como infantes. Es un primer ejercicio del que todo cristiano deberá ser capaz: dejarse, voluntariamente, “llevar adonde tú no quieras” (como Jesús le dirá a Pedro). El niño en el vientre no sabe hacia dónde es llevado. Jesús en el Espíritu Santo tampoco quiere saber adónde el Espíritu lo “empuja” (Mc. 1, 12), por ejemplo al desierto y a la tentación. En la EUCARISTÍA se cumplirá ese dejar-se llevar y mover en que el Hijo se entrega al Espíritu Santo y no santo de la Iglesia, para ser disponible a los hombres que no están dispuestos a recibirlo así como Él es, que no están dispuestos a dejarse determinar por su gracia, por su actitud de obediencia. Ahora como niño y luego como hombre y finalmente como hostia sagrada, el Hijo se dejará llevar como si fuera una cosa sobre la que se puede disponer. Él, que porta el pecado del mundo y por eso al mundo mismo. 

Uno, el Padre en el cielo, lo ve todo, ve hacia dónde conduce la santa decisión de salvación trinitaria. El Hijo está en camino en María, comienza a ser movido y llevado por el mundo, y nadie, tampoco el Padre, puede hacer que vuelva. ÉL LO HA CONFIADO A LA RESPONSABILIDAD DE LA MADRE y deberá entregarlo en las manos de los hombres, que harán cosas con Él que no están en a santa voluntad de salvación de Dios…, que no obstante todo lo abraza, también esa ofensa y contradicción. El destino del mundo y de Dios mismo está rodando, y no hay quien pueda pararlo.

Pero existe ya una primera acogida, un primer puerto. María llega a la casa de Zacarías y saluda a Isabel, que de inmediato es colmada por el Espíritu Santo y exclama: “Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre!... ¡Feliz la que ha creído…!”. Isabel reconoce en el Espíritu lo que le sucede y en el Espíritu se admira de lo que se le presenta: “¡Cómo es que me sucede a mí que me visite la Madre de mi Señor!”. Todo cristiano que cree con fe viva se admira de por vida –en la comprensión y en la no comprensión de la fe- de que a él le sucedan tales cosas. Ese maravillarse debería despertarse en cada oración de un modo nuevo, ahuyentando la rutina tibia que acecha a la existencia cristiana.

El Espíritu le muestra a Isabel de un modo palpable por qué ha de maravillarse, cómo es que en esta persona que ella conoce muy bien se le presenta lo extraordinario, la “madre de mi Señor”. Ella misma lo cuenta: “Mira, tan pronto escuché tu saludo, saltó de alegría el niño en mi vientre”. Es hermoso ver que Isabel por su propio fruto se da cuenta de cuán bendito es el fruto de María y de que María, y no ella, es la santa “que ha creído lo que le fue dicho por el Señor”. La gracia, que durante seis meses podía hacerse casi una rutina, se mueve corporalmente en ella y le recuerda que ahora nuevamente ha de maravillarse, y ahora realmente de un modo apropiado y justo. Esa gracia es su niño. No será ella, sino el niño el que primero será tocado por la nueva gracia, el que será puesto en la misión de precursor, y sólo a partir de la misión y la alegría del niño se despertará la felicidad y consentimiento de la madre. Qué cosa mejor puede ocurrirle que su niño, la nueva generación, reciba la salvación. Este sentimiento, que es una especie de compendio del Antiguo Testamento: ¡ser bendito en los hijos!, es provocado por el Nuevo Testamento: el Niño Jesús, en el seno de su Madre, ha elegido a su precursor y, con ello, el cumplimiento del Antiguo Testamento.

La presencia activa del Espíritu Santo se reconoce en el arte con que se ensamblan las cuatro misiones:
-Que Isabel rece “con gran voz” las palabras del “Ave María” es –como siempre en la Biblia- el signo de que Dios habla por su boca. Toda la escena es una inspiración única y polifónica; 

-Verticalmente cae el Espíritu de Dios en las relaciones horizontales interhumanas, las motiva, les da su plenitud, su profundidad y su resonancia. 

-Y como en suprema condensación, también aparece la relación entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, anudados inseparablemente, cuando la plenitud de sentido del Antiguo (Juan) es donada por el Nuevo (Jesús): “El que viene detrás de mí me precede, porque existía antes que yo” (Juan 1, 15) dirá el Bautista. 

-El Espíritu también incluye al evangelista en el arte de esa escena. No se escribe simplemente algo así, esas palabras son como el destilado último de una larga meditación orante, en la que lentamente, rosa a rosa, se fue hilvanando una corona de rosas, un rosario, que al final se cierra y cumple perfectamente en sí mismo.

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sábado, 8 de diciembre de 2012

FOTOS DE NUESTRO ALTAR DE CULTOS CON MOTIVO DEL AÑO DE LA FE

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Os traemos hoy fotos pertenecientes a la tarde-noche de ayer,tomadas tras la terminación del primer día del Tríduo.Felicitar de todo corazón a todos aquellos que han colaborado un año más en dar a su Madre un Altar de Cultos como el que Ella se merece,en el que, en este Año de la Fe, se ha querido dar una importancia especial al banderín en el que figura la leyenda "Aquí el verbo se hizo carne" en referencia al misterio de la Encarnación del Hijo de Dios que se produjo en la Santa Casa de Nazaret, hoy en Loreto. Este banderín, que tanto testimonio de fe ofrece, figura en un lugar destacado del Triduo de Gloria en honor de Ntra.Sra. de Loreto como signo palpable de que fue, precisamente en la Casa de Loreto donde se produjo el Misterio de la Encarnación, paradigma de la Fe.
Un altar espléndido en el cual la Fe simbolizada en el banderín lauretano se hace más presente que nunca y en el que nuestra Madre se acerca al pueblo para que pueda ser venerada, incluso con la posibilidad de que, en un gesto de veneración y alabanza, todos podamos pasar a besar su manto para ponernos bajo su protección y darle gracias por el gran regalo que dio a la humanidad aceptando el mensaje del ángel en aquella casita de Nazaret, hoy en el Santuario mariano de Loreto, uno de los lugares del mundo donde la Fe de María está más presente.

 

 






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